SIN INTERNET















Me quedé sin acceso a internet. Bahhhh. Reviso mi PC, y nada. Busco si fuera cosa de la computadora, en mi Smartphone, me voy a ver el modem y sorpresa, no hay conexión a internet.
Llamo al soporte de mi empresa, y como es usual, el que me responde la misma respuesta que esto pasa “se están haciendo unos arreglos en la central, el servicio se reactivará dentro de las próximas 24 horas.” Esto no sucede con mucha frecuencia. Pero uno cuenta con que si se paga mensualmente la cuota, no debería de faltar cuando y lo busque.
Bueno, hay que esperar. Me siento a probar nuevamente, y nada.
Bueno, me digo, y tomo un libro para alimentar mi diccionario y así poder navegar en mis ideas…..pero….pero….mi adicción me obliga. Y vuelvo a comprobar en mi Smartphone si hay señal de Internet, Si Fi, y nada. Bahhhhhh, digo. Lo dejo para otro día.
Me cambio de ropa, tomo  la correa del perro que tiene 14 años de vivir conmigo, y vámonos pues, a dar una vuelta.
Salimos como a las 10:45 a m, el sol está pesado y un calvo suele sufrir más los efectos del Sol, así que previniendo tomo un sombrero de tela, y ya colocado los aderezo con un par de lentes para sol, de rico y excelente filtro.
Damos una caminata de casi 45 minutos. Regreso relajado. Entro al fresco de mi casa y mi perro directo a tomar agua de su fuentecita.
Recién entré, mi familia, o una parte de ella regresa con la algarabía y alegría de las nietas. Que mira Nono lo que compramos, una tras la otra. Mis hijas me saludan como siempre con el amor y cariño que ellas tienen para mí, alegres.
Preparan entre todas, incluyendo a JR el conserje, que también tiene 17 años de estar con nosotros. Es casado y tiene 3 hijos, dos hembras y un varón. Puntual como ninguno. Suena la alarma de las 8:00 de la mañana y se le escucha quitar llave del portón.
Bueno, hora de almuerzo, comida y alegría, comentarios y alegría, que viene la sorpresa. Un pastel que pasaron comprando. Y a repartirlo se ha dicho. Yo soy el que prepara los cafés. Final de un delicioso almuerzo donde lo que predominó fueron las gracias de mis nietas Mia, la mayor y Ela, su hermana, menor. Dharma, recién ha cumplido un año y meses y recién se levanta de su siesta. Se le festeja y asombrada, ríe con desgano pues quisiera seguir durmiendo.
Papi, me dice una de mis hijas, ¿no hay internet????? No hija-respondo-la verdad en la mañana no había pero no he revisado.
Son ya las 2:00 p m y algo.
-No no hay me dice mi hija.
-Esperemos- la conformo-así pasa acá, se va se viene. Pero qué le vamos a hacer.
En mi mente aún el sabor del momento vivido abarca todo mi campo. Todo es secundario en ese momento. Esa alegría aderezada con las travesuras y bromas y el sencillo pero familiar almuerzo, son gigantes a comparación de lo que falta.
Llega la tarde.
-Aún no hay señal-comenta mi hija- porque necesito mandar un informe. Lo hago al llegar a casa.
Llega la noche. Y la verdad, fue un día sin Internet. Descanso un poco y retomo el libro que leía por la mañana y me sumerjo en su laberinto. Dan la 10:30 p m y bueno, el tiempo se pasó, y debo dormir.
Día siguiente, heyyyyyyy dice uno de mis hijos ya regresó internet, como si se hubiera ido a alguna parte.
Es entonces donde me digo, ¿Qué pasaría si no tuviéramos señal de internet? Lo pregunt0 por mí. Pues para la juventud es una herramienta. Como lo es para mí, pues soy dado a escribir desde el mismo centro de mi corazón  y que mejor que las redes sociales, y dejar una gota de miel que endulce el día de alguien.
Pero la pregunta me martilla la cabeza, ¿y de donde esta afición a escribir y publicar?
Han pasado los días desde ese episodio. Y la afición se puede volver una adicción sin darse uno cuenta.
Así que, después de conocer un lugar a donde me ha invitado mi dentista, gran amiga de la familia, llamado Hobbitenango, a 2,600 metros de altura, al volver me nace la idea de escribir locamente. Y una de las reflexiones es esta.
Sin internet tu vida cambia.
Y dejaré dar esa gota de miel para más tarde.
Para quienes me leen, que le comento, son gente de fuera de Guatemala, me dará un gusto enorme seguir escribiendo.
Nuestra cultura es así. Qué le vamos a hacer.
La libertad es un logro y un mérito, igual que la cultura, y pues la amistad virtual será siempre eso, amistad virtual.
Hasta otro día, hermanos y amigos. Y….si me lees, gracias.



Dr. Omar Estévez
3/05/2017.-

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