LA LOCURA ES TAN NORMAL
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La locura es tan normal
que no estar loco puede parecer anormal. Un Buda es anormal, un
Jesús es anormal entre nosotros. No forman parte de nosotros. Esta «normalidad»
es una enfermedad. Esta mente «normal» ha creado el atractivo del yoga. Si te
tomas el sexo de modo natural –sin ninguna filosofía en torno a él, sin ninguna
filosofía a favor o en contra-, si te tomas el sexo como te tomas tus manos,
tus ojos, si es totalmente aceptado como algo natural, entonces el tantra
resultará atractivo. Y sólo entonces puede el tantra ser útil para mucha gente.
Pero los días del tantra
se aproximan. Tarde o temprano, el tantra
Explotará por vez
primera entre las masas, porque por vez primera ha
llegado el momento, el
momento para tomarse el sexo de modo natural. Es posible que la explosión pueda
proceder de Occidente, porque Freud, Jung, Reich han preparado el ambiente. No
sabían nada sobre tantra, pero han creado el terreno básico para que el tantra
se desarrolle. La psicología occidental ha llegado a la conclusión de que la
enfermedad humana básica está relacionada con el sexo, la locura básica del
hombre está dirigida hacia el sexo.
De modo que, a menos que
se disuelva esta orientación hacia el sexo, el
hombre no puede ser
natural, normal. El hombre se ha descarriado a causa tan sólo de sus actitudes
respecto al sexo. No es necesaria ninguna actitud.
Sólo entonces eres natural.
¿Qué actitud tienes respecto a tus ojos? ¿Son
malignos o son divinos?
¿Estás a favor o en contra de tus ojos? ¡No hay
ninguna actitud! Por eso
tus ojos son normales.
Adopta alguna actitud:
piensa que tus ojos son malignos. Entonces ver
se volverá difícil.
Entonces ver adquirirá el mismo estado problemático que ha adquirido el sexo.
Entonces querrás ver, desearás y anhelarás ver. Pero cuando veas, te sentirás
culpable. Cada vez que veas, te sentirás culpable de haber hecho algo malo, de
haber pecado. Te gustaría matar el instrumento mismo de la vista; te gustaría
destruir tus ojos. Y cuanto más quieres destruirlos, más centrado estás en tus
ojos. Entonces emprenderás una actividad muy absurda: querrás ver más y más, y
simultáneamente te sentirás más y más culpable. Lo mismo ha sucedido con el
centro sexual.
El tantra dice: «acepta
lo que eres». Ésta es la nota básica: la
aceptación total. Y sólo
mediante la aceptación total puedes crecer. Entonces usa todas las energías que
tengas. ¿Cómo las puedes usar? Acéptalas; luego averigua qué son estas
energías: ¿qué es el sexo, qué es este fenómeno? No lo conocemos. Sabemos
muchas cosas sobre el sexo, las que nos han enseñado otros. Puede que hayamos
pasado por el acto sexual, pero con una mente culpable, con una actitud
represiva, deprisa, apresuradamente. Hay que hacer algo para desahogarse. El
acto sexual no es un acto amoroso. No eres feliz en él, pero no puedes dejarlo.
Cuanto más tratas de dejarlo, más atractivo se vuelve. Cuanto más quieres
negarlo, más te sientes incitado.
No puedes negarlo, pero
esta actitud de negar, de destruir, destruye la
mente misma, la
conciencia misma, la sensibilidad misma que lo puede
comprender. De manera
que el sexo continúa sin ninguna sensibilidad en él.
Entonces
no puedes entenderlo. Sólo una profunda sensibilidad puede hacer entender
cualquier cosa; sólo sentirla con profundidad, sólo entrar en ella en profundidad
puede entender cualquier cosa. Sólo puedes entender el sexo si entras en él
como un poeta lo hace entre las flores: ¡sólo entonces! Si te sientes culpable
respecto a las flores, puede que pases por el jardín, pero pasarás con los ojos
cerrados. E irás con prisa, con una prisa profunda y loca. Tienes que salir de
alguna forma del jardín. Así, ¿cómo puedes ser consciente?