DE LOS PADRES Y LOS HIJOS
Hoy en día, las personas están
tan vacías, que al venir un hijo a sus vidas para acompañarlos en este viaje,
lo toman como un “enorme tesoro”, al que hay que colmarlo de honores y
ofrendas. El concepto de un nuevo miembro en la familia quien debe de
participar y ayudar en las tareas y honores hogareños, se torna nulo. En cambio
se le hace un altar de cumplimientos de sus desorbitados caprichos. Eso que se
llamó en algún tiempo instrucción moral y cívica, ha quedado en desuso, dado el
enorme altar que se construye a uno o varios hijos en el seno del hogar.
Un hijo, hoy en día, se ha vuelto
una especie de bendición de Dios, y por lo tanto se le “venera”, en lugar de “formarlo”.
Este comportamiento ha dado una aberración llamada “familia”. Y esto se continúa
con la equivocada y abusiva “educación formal o escolar”. Que no es más que
otro eslabón de la cadena de equivocaciones que la sociedad moderna propone
como futuro y presente para los jóvenes desde que dan sus primeros pasos. Mucho
ha cambiado la relación entre padres, papa y mama, y los hijos o hijas.
En mi tarea de Médico y persona
de confianza de muchas familias, observo que este fenómeno es “constante”, y prevalece
un temor a “corregir” los errores de los hijos, pues estos “los pueden dejar de
querer”.
Así, pues las cosas, nuestra
sociedad es un nido de “cuervos que mañana te sacarán los ojos”.