EL PACIENTE Y EL MÉDICO, LA MEDICINA Y LA SALUD











  
El paciente: Persona que padece física y corporalmente, y especialmente quien se halla bajo atención médica. Persona que es o va a ser reconocida médicamente

Médico,  de cabecera, o médico,  de familia
Médico que asiste habitualmente a una persona o a una familia.

Médico espiritual
f. m. Persona que dirige y gobierna la conciencia y espíritu de otra.

Médico, residente
m. y  f. médico que realiza prácticas en un hospital o centro sanitario para obtener el título de especialista en alguna rama de la medicina.

Estas son algunas acepciones de lo que Paciente y Médico entendemos, según la Real Academia Española.
A la altura de nuestros días siguen vigentes. Paciente es alguien que es paciente, de paciencia, al igual que señalan las demás acepciones, pues una persona debe de ser paciente del médico, entendemos.
Hoy en día siguen vigentes esas acepciones,  el diccionario, pero en la realidad de la práctica médica o de la posición de paciente, las cosas no cuajan tal cual. Según se entiende el paciente deberá seguir las instrucciones de médico, pero resulta que el título de médico, en nuestros días no señala a una persona “humanamente” capaz de hacerse cargo de los cambios y decisiones del “paciente”. El titulo lo faculta para dar orientación y guías para la recuperación de la salud, pero un paciente actual puede, y de hecho lo hace, cambiar de médico si, según su criterio “ese médico no le parece”.  Hemos de señalar que la facultad de médico también cae en un fallo en cuanto a “humanamente” posible y “científicamente” capaz. La ciencia de la medicina incluye otras disciplinas, tales como laboratorios hematológicos, imágenes diagnósticas y demás. Son recursos al alcance de un profesional de la medicina.
Pero es de hacer notar que desde hace tiempo, el profesional de la medicina, se apoya en un gran porcentaje en estos recursos, hecho que ha venido, a la par que ayudando, disminuyendo el “ojo clínico” del que,  por orden, está dotado el facultativo. Mencionando también que la inmadurez profesional a secuestrado a ese sector. Podemos ver como la ciencia avanza, pero las enfermedades ahora son más caras y más prolongados sus tratamientos, únicamente debidos, no más que a la falta de madurez profesional. Este enfoque no abarca a la totalidad de los médicos, pero se hace notorio evidentemente. Al mismo tiempo, vale decir que los pacientes “no tienen la paciencia” para seguir lineamientos por sí mismos, que desean seguir con el mismo patrón de vida, alimentación, sedentarismo, excesos y un sistema de vida enfermante.
Entonces, tanto Paciente como Médico, se encuentran en un nivel muy vulnerable para la industria de los medicamentos rápidos “con servicio a domicilio”, y con ofertas de mercadeo que les brinda la falsa confianza de que pueden seguir viviendo como así lo deseen, que siempre habrá un medicamente o un Médico que les devolverá el equilibrio, su salud.

El momento actual, brinda al habitante corriente, un manual de vida que podría reducirse a “vive bien y alegre, que si te enfermas te alivias, y puedes continuar sin cambios”. Si un hecho ha aumentado el sedentarismo del humano, es el tiempo que ahora pasa frente a una computadora, o bien, el tiempo que gasta revisando su teléfono inteligente. Estos “progresos” de la rama de la tecnología han paralizado a gran parte de la población. Y a la vez le ha hecho modificar sus relaciones, pues se puede comunicar con los suyos más fácilmente, y enterarse de cosas que nunca va a utilizar, sintiendo que esta información es útil por moderna.
Pero con ello cambia radicalmente desde los hábitos de sueño, alimenticios, y de relación interpersonal.

Esto que hemos platicado acá, no es más que un enfoque. No conlleva el afán de cambiar la vida de las personas. Cada quien es responsable de su vida y su salud.
Continuaremos hablando de “¿y ahora qué sigue?”.-

24/03/2017.-

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